En la antigua Atenas, un valiente, pero atormentado rey, Egeo, gobernaba con sabiduría. Sin embargo, una oscura sombra se cernía: un cruel tributo impuesto por el rey Minos de Creta. Cada nueve años, catorce jóvenes eran enviados a Creta para enfrentar al Minotauro en un laberinto. Este destino parecía inevitable hasta que un héroe, Teseo, hijo de Egeo, se ofreció para confrontar al monstruo. Bendecido por su padre, Teseo zarpó hacia Creta. Ariadna, hija de Minos, le dio secretamente un hilo mágico para navegar el laberinto. Teseo luchó y derrotó al Minotauro, liberó a los jóvenes y regresó a Atenas. Sin embargo, en su emoción, olvidó izar la vela blanca. Al ver la vela negra, el rey Egeo, desesperado, se arrojó al mar. Teseo regresó como un héroe, pero con profunda tristeza.
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